jueves, 19 de febrero de 2015

LOS CERDOS SON BASURA DE LA BASURA, POR SU SALUD NO LOS COMA



El Historial del Cerdo


El cerdo típico que se lleva al mercado para venderse es un animal enfermo, víctima de la gordura excesiva, que se hubiera muerto antes de tiempo si el granjero no se hubiese apresurado a venderlo para el consumo público.
            Es bien sabido que los puercos sufren de una cantidad de enfermedades. Por consiguiente, los lechoncitos son apartados de la cerda y criados con una dieta “científica” con el guarnecimiento de un calor artificial para eliminar la posibilidad de la muerte accidental y hacer posible que sobrevivan los más débiles.

Los Cerdos Son Basureros.-


            Dios creó los cerdos para que sirvieran de basureros. Por regla general, son carniceros que viven de la carroña que encuentran en el campo. Si algún animal muere en el campo y permanece a la luz del sol hasta que se pudre y se llena de gusanillos, los marranos y otros animales basureros, y aves de rapiña, se acercan y se comen toda la materia descompuesta. De hecho, los cerdos son caníbales. Los cerdos de granja suelen morderse las colas unos a otros, manifestando así su instinto caníbal. Un experto en la materia lo describe así:
            “El morderse las colas se llama comúnmente canibalismo y frecuentemente resulta en parálisis, mutilación y muerte... A menudo comienzan mordiéndose la cola primero, y luego el cerdo o cerdos agresivos siguen dando mordiscos arriba en la espalda. Si esta situación no se atiende, el cerdo atacado se muere, o se lo comen vivo los demás” (Hog Farm Management, Marzo de 1976, pág. 94). Los cerdos son basureros que nunca fueron destinados para el consumo humano.
            Los basureros, tales como los puercos, son animales sucios que son considerados inmundos por Dios (Favor leer Deuteronomio 14 y Levítico 11). Por naturaleza son venenosos, están llenos de enfermedades, y pueden causar la muerte. Hay cantidades de enfermedades que pueden ser ocasionadas por animales basureros tales como el marrano. Estos animales no fueron creados para ser consumidos. ¿Os habéis dado cuenta de los hábitos del puerco? ¡generalmente se encuentran en pantanos hediondos, todos cubiertos de moscas! Son tan sucios que se comen sus propias crías y su propio excremento.
            Cada vez que la Biblia menciona el cerdo, lo hace con referencia al bajo estado a que puede llegar el ser humano.
            Los cochinos tienen cuerpos que son verdaderos depósitos de enfermedades. La carne de estos animales es susceptible a un mayor número de enfermedades que cualquier otro animal doméstico, de las cuales el ser humano puede contagiarse. Se cree que la carne de puerco y los productos preparados de la misma son un factor contribuyente del cáncer. ¡El Anuario del Departamento de Agricultura de los EEUU enumera más de 42 enfermedades y parásitos del chancho! Algunas de estas enfermedades, transmisibles al ser humano, son las triquinosis, la solitaria, la eripisela de los cerdos, la influenza o gripe de los cerdos, las lombrices intestinales, la fiebre ondulante, la intoxicación alimenticia o botulismo, el cólera de los cerdos, los forúnculos o postemas, y muchas más.

No Comer Ni Grasa Ni Sangre.-


            Inmediatamente debajo de la piel del cerdo hay una capa de grasa, de tamaño variable en un cerdo adulto. En algunos casos se ha descubierto que dicha capa mide hasta seis pulgadas (15 cm) de grueso. Esta capa, combinada con una lenta circulación de la sangre, le sirve al cerdo para defenderse contra las mordidas de serpiente. En rigor, el cerdo no es inmune al veneno de la serpiente. Sin embargo, posee algo que es tan eficiente como la inmunidad, y es esa capa de cebo la cual capacita al cerdo para absorber el veneno de una manera tan lenta que no le hace daño alguno.
            Los cerdos tienen úlceras supurantes debajo de sus pezuñas. Si alguna vez usted tiene la oportunidad de visitar una granja donde se crían puercos, levántele una pata delantera al cerdo y apriétele la pezuña, y verá cómo despide una substancia verdosa entre los dedos. Esta es una pequeña salida para los venenos abominables que aloja el cerdo en su cuerpo. De vez en cuando este orificio se obstruye y el veneno regresa al sistema causando la formación de tumores verdosos en varias partes del cuerpo del animal.
            Un examen de la anatomía del cerdo revela que, como suplemento de su mal apetito, su estómago está mal formado y sus órganos excretorios generalmente son limitados. Consecuentemente, unas tres horas después de haberse comido el cerdo su bazofia o desechos inmundos, su carroña o carne descompuesta, o cualquier otra inmundicia, el ser humano efecto ingeriría lo mismo de segunda mano al saborear las costillas de ese animal.

El Gusano Llamado Triquina.-


            El microscopio ha revelado que la carne de puerco a menudo está infectada de triquinas, los cuales cuando penetran en el cuerpo humano se multiplican y empiezan a invadir el sistema entero, alcanzando aun el cerebro y el corazón. Esta condición se conoce como triquinosis. Hasta el momento, esta enfermedad no tiene cura ya que no se ha descubierto nada que mate la triquina sin matar también a la persona una vez que los gusanillos empiezan a penetrar su carne.
            Estos gusanillos se introducen dentro del aparato digestivo en formas de diminutos y casi invisibles quistes los cuales ingieren y expelen los gusanillos que luego se abren camino cavando en las paredes del estómago o del duodeno y pasan al sistema circulatorio. Producen síntomas parecidos a los del envenenamiento por comida cuando hay una cantidad suficiente de ellos presente. Más adelante, se empiezan a sentir dolores como los del reuma, o los gusanillos se alojan temporariamente en el corazón, ocasionando la inflamación en la región cardíaca. En algunos casos, hay disturbios en el cerebro o en el sistema nervioso, como si los gusanillos hubiesen invadido el cerebro y los nervios, que posiblemente es lo que hacen, en efecto. Aun la invasión de los músculos puede ser fatal ante la presencia de una cantidad suficiente de gusanillos.
Laird S. Goldsborough escribió u  artículo en el Reader's Digest titulado “Pork” (Carne de Puerco), en el cual declaró: “Hay miríadas de parásitos misteriosos y siniestros en la carne de cerdo que nosotros los estadounidenses consumimos. Son gusanillos diminutos y de forma espiral que los científicos han denominado Triquinella spirallis. Un solo servicio de carne de cerdo infectada, aun un bocado no más, puede matar, o inutilizar, o condenar a la víctima a una vida de achaques y sufrimiento. Las triquinas incrustadas en la carne del cerdo a menudo son tan diminutas y tan transparentes que detectarlas, aun con el auxilio del microscopio, es una tarea que hay que dejar en manos de los investigadores científicos expertos. Cuando un producto de cerdo recibe el sello que dice “Inspeccionado y Aprobado por el Gobierno de los Estados Unidos”, no quiere decir que se haya determinado que está libre de triquinosis. Significa meramente que ha pasado la inspección rutinaria que se hace de toda clase de carne.
            La triquina es solo uno de los gusanillos que se encuentran en el cerdo. En su intestino delgado se encuentran los áscaris o gusanos redondos, los gusanos del esófago, tres clases de gusanos estomacales, la diminuta anguilula, la anquilostoma duodenal o uncinaria americana, y el gusano de cabeza espiniforme. En su intestino grueso hay varias especies de gusanos nodulares, una especie de triquina, y el gusano ariñonado. El gusano redondo puede medir hasta unas dieciocho pulgadas (45 cm).
            Un informe especial presentado ante un personal médico en la Doctors and Nurses Conference on Communicable Disease (Conferencia de Médicos y Enfermeras Sobre Enfermedades Comunicables) en el centro Médico Wesley de Wichita, Kansas, USA, en 1962 reveló que las autopsias demostraron que una de cada tres personas está infectada de triquinosis.
            Debido a que la triquinosis se ha propagado tanto, y es incurable, la profesión médica se preocupa seriamente porque es un problema de salud serio para el pueblo estadounidense. En el número de Enero de 1942 de la revista Life and Health (Vida y Salud), apareció un artículo escrito por T. C. Desmond, presidente de la Comisión Sobre Triquinosis de Nueva York, titulado “Una de cada seis personas está infectada de parásitos mortíferos del cerdo”. El artículo dice en parte que “nuestra comisión averiguó que uno de cada veintiocho productos derivados del cerdo comprados al contado contienen parásitos”. Concluye diciendo: “Se calcula que nuestra presente cosecha de cerdos nos pudiera suministrar unas 60 millones de comidas contaminadas de triquina”.
            La triquina se encuentra en varias partes del cuerpo del cerdo y cuando el ser humano se come la carne de cerdo estos parásitos microscópicos se traspasan a la boca, el estómago, los intestinos y ojos de las personas que la ingieren. Estas larvas llegan a la plena madurez dentro de 5 a 7 días cuando ya han establecido su residencia dentro de los músculos del cuerpo humano. Al completar su ciclo de vida, se  enquistan en los órganos internos del huésped. Al morir (si es que se mueren), se calcifican y se convierten en nódulos calcaroides. Aunque no se ven a simple vista, los patólogos nos informan que es posible que casi medio millón de triquinas se alojen en cada libra ( 1 Kg. = 2,2 Libras) de tejido muscular del huésped. Muchos de estos gusanos se pueden ver en los rayos X después que las larvas han formado quistes en los músculos al impregnarse de cal cuando se calcifican. Se pueden ver en el cuello, los hombros, las rodillas, la manos y hasta en los pulmones.
            En los últimos 150 años de investigación científica moderna no se ha logrado descubrir la manera de producir carne de cerdo libre de triquinas. El conocimiento de la existencia de estos gusanos y su efecto sobre el cuerpo es algo a lo cual no se  le da mucha publicidad en este país. Los síntomas mayores son tan parecidos a los de la gripe que más bien se han llegado a clasificar bajo la categoría de otras enfermedades.
            Las sagradas Escrituras proscriben el consumo de la carne de cerdo llamándola inmunda y la ciencia médica nos indica que sería prudente seguir las estipulaciones de la Biblia, pero la gente todavía sigue comiéndose el cerdo entero, desde el hocico hasta la cola.

Cerdos Alimentados Con Basura.-


            En la ciudad de Chicago hay empresas donde se envasa y empaqueta la carne de cien cerdos por hora. Debido al enorme volumen de la producción, se ha abandonado todo esfuerzo de examinar microscópicamente la carne de cada uno de los animales. El Departamento de Agricultura de los EEUU admite que hasta el momento no se ha podido idear un método adecuado para proteger contra la triquinosis al público que consume carne de puerco cruda o a medio cocer. Sin embargo, es de notar que en Alemania, donde se examina microscópicamente la carne de cerdo en busca de las triquinas, ocurrieron, en el espacio de unos 17 años, unos 6.329 casos de triquinosis. El gobierno publica un letrero para la industria de la carne que dice: “Cocine bien el cerdo y sus derivados”, aunque se sabe que ni esto es capaz de matar todos los parásitos. Declarar públicamente que la triquinosis es de lo más común en cerdos alimentados con basura, y un poco menos en los cerdos en general, no haría la carne de cerdo más atractiva ni aumentaría la venta de los productos derivados de la misma. Los tejidos de ratas alimentadas con basura están repletos de triquinas. En un solo espécimen de su tejido se han descubierto hasta 40.000 gusanillos de triquina. Los cerdos que se comen estas ratas se contagian con esta enfermedad detestable. Como todas las maravillosas instrucciones dadas por Moisés, había amplia razón para advertir contra el consumo de los cerdos, los cuales suelen alimentarse de desperdicios.

Los Cerdos Son Una Fuente Mayor de Auxilios Médicos.-


            Demás de la carne, del cerdo también se derivan una cantidad de productos farmacéuticos:

·         De la piel del puerco se hacen vendajes para quemaduras.
·         Las hormonas y extractos de cerdo son de uso común como preparaciones farmacéuticas. De los páncreas de 60.000 cochinos se deriva una libra de insulina, la cual sirve para tratar a mil diabéticos por espacio de un año.
·         Una enzima presente en la sangre del cerdo llamada plasmina, la cual disuelve la fibrina en los coágulos de sangre, se utiliza para tratar a pacientes que han sufrido ataques del corazón.
·         Cierto ácido derivado de la bilis del chancho se usa para disolver el cálculo biliario.


Si, pues, coméis o bebéis o hacéis otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios”. 1 Cor. 10:31.


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