El Historial del Cerdo
El cerdo típico que se lleva al mercado para
venderse es un animal enfermo, víctima de la gordura excesiva, que se hubiera
muerto antes de tiempo si el granjero no se hubiese apresurado a venderlo para
el consumo público.
Es
bien sabido que los puercos sufren de una cantidad de enfermedades. Por
consiguiente, los lechoncitos son apartados de la cerda y criados con una dieta
“científica” con el guarnecimiento de un calor artificial para eliminar la
posibilidad de la muerte accidental y hacer posible que sobrevivan los más
débiles.
Los Cerdos Son Basureros.-
Dios
creó los cerdos para que sirvieran de basureros. Por regla general, son
carniceros que viven de la carroña que encuentran en el campo. Si algún animal
muere en el campo y permanece a la luz del sol hasta que se pudre y se llena de
gusanillos, los marranos y otros animales basureros, y aves de rapiña, se
acercan y se comen toda la materia descompuesta. De hecho, los cerdos son
caníbales. Los cerdos de granja suelen morderse las colas unos a otros,
manifestando así su instinto caníbal. Un experto en la materia lo describe así:
“El
morderse las colas se llama comúnmente canibalismo y frecuentemente resulta en
parálisis, mutilación y muerte... A menudo comienzan mordiéndose la cola
primero, y luego el cerdo o cerdos agresivos siguen dando mordiscos arriba en
la espalda. Si esta situación no se atiende, el cerdo atacado se muere, o se lo
comen vivo los demás” (Hog Farm Management, Marzo de 1976, pág. 94). Los cerdos
son basureros que nunca fueron destinados para el consumo humano.
Los
basureros, tales como los puercos, son animales sucios que son considerados
inmundos por Dios (Favor leer Deuteronomio 14 y Levítico 11). Por naturaleza
son venenosos, están llenos de enfermedades, y pueden causar la muerte. Hay
cantidades de enfermedades que pueden ser ocasionadas por animales basureros
tales como el marrano. Estos animales no fueron creados para ser consumidos.
¿Os habéis dado cuenta de los hábitos del puerco? ¡generalmente se encuentran
en pantanos hediondos, todos cubiertos de moscas! Son tan sucios que se comen
sus propias crías y su propio excremento.
Cada
vez que la Biblia menciona el cerdo, lo hace con referencia al bajo estado a
que puede llegar el ser humano.
Los
cochinos tienen cuerpos que son verdaderos depósitos de enfermedades. La carne
de estos animales es susceptible a un mayor número de enfermedades que
cualquier otro animal doméstico, de las cuales el ser humano puede contagiarse.
Se cree que la carne de puerco y los productos preparados de la misma son un
factor contribuyente del cáncer. ¡El Anuario del Departamento de Agricultura de
los EEUU enumera más de 42 enfermedades y parásitos del chancho! Algunas de
estas enfermedades, transmisibles al ser humano, son las triquinosis, la
solitaria, la eripisela de los cerdos, la influenza o gripe de los cerdos, las
lombrices intestinales, la fiebre ondulante, la intoxicación alimenticia o botulismo,
el cólera de los cerdos, los forúnculos o postemas, y muchas más.
No Comer Ni Grasa Ni Sangre.-
Inmediatamente
debajo de la piel del cerdo hay una capa de grasa, de tamaño variable en un cerdo
adulto. En algunos casos se ha descubierto que dicha capa mide hasta seis
pulgadas (15 cm) de grueso. Esta capa, combinada con una lenta circulación de
la sangre, le sirve al cerdo para defenderse contra las mordidas de serpiente.
En rigor, el cerdo no es inmune al veneno de la serpiente. Sin embargo, posee
algo que es tan eficiente como la inmunidad, y es esa capa de cebo la cual
capacita al cerdo para absorber el veneno de una manera tan lenta que no le
hace daño alguno.
Los
cerdos tienen úlceras supurantes debajo de sus pezuñas. Si alguna vez usted
tiene la oportunidad de visitar una granja donde se crían puercos, levántele
una pata delantera al cerdo y apriétele la pezuña, y verá cómo despide una
substancia verdosa entre los dedos. Esta es una pequeña salida para los venenos
abominables que aloja el cerdo en su cuerpo. De vez en cuando este orificio se
obstruye y el veneno regresa al sistema causando la formación de tumores
verdosos en varias partes del cuerpo del animal.
Un
examen de la anatomía del cerdo revela que, como suplemento de su mal apetito,
su estómago está mal formado y sus órganos excretorios generalmente son
limitados. Consecuentemente, unas tres horas después de haberse comido el cerdo
su bazofia o desechos inmundos, su carroña o carne descompuesta, o cualquier
otra inmundicia, el ser humano efecto ingeriría lo mismo de segunda mano al saborear
las costillas de ese animal.
El Gusano Llamado Triquina.-
El
microscopio ha revelado que la carne de puerco a menudo está infectada de
triquinas, los cuales cuando penetran en el cuerpo humano se multiplican y
empiezan a invadir el sistema entero, alcanzando aun el cerebro y el corazón.
Esta condición se conoce como triquinosis. Hasta el momento, esta enfermedad no
tiene cura ya que no se ha descubierto nada que mate la triquina sin matar
también a la persona una vez que los gusanillos empiezan a penetrar su carne.
Estos
gusanillos se introducen dentro del aparato digestivo en formas de diminutos y
casi invisibles quistes los cuales ingieren y expelen los gusanillos que luego
se abren camino cavando en las paredes del estómago o del duodeno y pasan al
sistema circulatorio. Producen síntomas parecidos a los del envenenamiento por
comida cuando hay una cantidad suficiente de ellos presente. Más adelante, se
empiezan a sentir dolores como los del reuma, o los gusanillos se alojan
temporariamente en el corazón, ocasionando la inflamación en la región
cardíaca. En algunos casos, hay disturbios en el cerebro o en el sistema
nervioso, como si los gusanillos hubiesen invadido el cerebro y los nervios,
que posiblemente es lo que hacen, en efecto. Aun la invasión de los músculos
puede ser fatal ante la presencia de una cantidad suficiente de gusanillos.
Laird S. Goldsborough escribió u artículo en el Reader's Digest titulado
“Pork” (Carne de Puerco), en el cual declaró: “Hay miríadas de parásitos
misteriosos y siniestros en la carne de cerdo que nosotros los estadounidenses
consumimos. Son gusanillos diminutos y de forma espiral que los científicos han
denominado Triquinella spirallis. Un solo servicio de carne de cerdo infectada,
aun un bocado no más, puede matar, o inutilizar, o condenar a la víctima a una
vida de achaques y sufrimiento. Las triquinas incrustadas en la carne del cerdo
a menudo son tan diminutas y tan transparentes que detectarlas, aun con el
auxilio del microscopio, es una tarea que hay que dejar en manos de los
investigadores científicos expertos. Cuando un producto de cerdo recibe el
sello que dice “Inspeccionado y Aprobado por el Gobierno de los Estados
Unidos”, no quiere decir que se haya determinado que está libre de triquinosis.
Significa meramente que ha pasado la inspección rutinaria que se hace de toda
clase de carne.
La
triquina es solo uno de los gusanillos que se encuentran en el cerdo. En su
intestino delgado se encuentran los áscaris o gusanos redondos, los gusanos del
esófago, tres clases de gusanos estomacales, la diminuta anguilula, la
anquilostoma duodenal o uncinaria americana, y el gusano de cabeza espiniforme.
En su intestino grueso hay varias especies de gusanos nodulares, una especie de
triquina, y el gusano ariñonado. El gusano redondo puede medir hasta unas
dieciocho pulgadas (45 cm).
Un
informe especial presentado ante un personal médico en la Doctors and Nurses
Conference on Communicable Disease (Conferencia de Médicos y Enfermeras Sobre
Enfermedades Comunicables) en el centro Médico Wesley de Wichita, Kansas, USA,
en 1962 reveló que las autopsias demostraron que una de cada tres personas está
infectada de triquinosis.
Debido
a que la triquinosis se ha propagado tanto, y es incurable, la profesión médica
se preocupa seriamente porque es un problema de salud serio para el pueblo
estadounidense. En el número de Enero de 1942 de la revista Life and Health
(Vida y Salud), apareció un artículo escrito por T. C. Desmond, presidente de
la Comisión Sobre Triquinosis de Nueva York, titulado “Una de cada seis personas
está infectada de parásitos mortíferos del cerdo”. El artículo dice en parte
que “nuestra comisión averiguó que uno de cada veintiocho productos derivados
del cerdo comprados al contado contienen parásitos”. Concluye diciendo: “Se
calcula que nuestra presente cosecha de cerdos nos pudiera suministrar unas 60
millones de comidas contaminadas de triquina”.
La
triquina se encuentra en varias partes del cuerpo del cerdo y cuando el ser
humano se come la carne de cerdo estos parásitos microscópicos se traspasan a
la boca, el estómago, los intestinos y ojos de las personas que la ingieren.
Estas larvas llegan a la plena madurez dentro de 5 a 7 días cuando ya han
establecido su residencia dentro de los músculos del cuerpo humano. Al
completar su ciclo de vida, se enquistan
en los órganos internos del huésped. Al morir (si es que se mueren), se
calcifican y se convierten en nódulos calcaroides. Aunque no se ven a simple
vista, los patólogos nos informan que es posible que casi medio millón de
triquinas se alojen en cada libra ( 1 Kg. = 2,2 Libras) de tejido muscular del
huésped. Muchos de estos gusanos se pueden ver en los rayos X después que las
larvas han formado quistes en los músculos al impregnarse de cal cuando se
calcifican. Se pueden ver en el cuello, los hombros, las rodillas, la manos y
hasta en los pulmones.
En
los últimos 150 años de investigación científica moderna no se ha logrado
descubrir la manera de producir carne de cerdo libre de triquinas. El
conocimiento de la existencia de estos gusanos y su efecto sobre el cuerpo es
algo a lo cual no se le da mucha
publicidad en este país. Los síntomas mayores son tan parecidos a los de la
gripe que más bien se han llegado a clasificar bajo la categoría de otras
enfermedades.
Las
sagradas Escrituras proscriben el consumo de la carne de cerdo llamándola
inmunda y la ciencia médica nos indica que sería prudente seguir las
estipulaciones de la Biblia, pero la gente todavía sigue comiéndose el cerdo
entero, desde el hocico hasta la cola.
Cerdos Alimentados Con Basura.-
En
la ciudad de Chicago hay empresas donde se envasa y empaqueta la carne de cien
cerdos por hora. Debido al enorme volumen de la producción, se ha abandonado
todo esfuerzo de examinar microscópicamente la carne de cada uno de los
animales. El Departamento de Agricultura de los EEUU admite que hasta el
momento no se ha podido idear un método adecuado para proteger contra la triquinosis
al público que consume carne de puerco cruda o a medio cocer. Sin embargo, es
de notar que en Alemania, donde se examina microscópicamente la carne de cerdo
en busca de las triquinas, ocurrieron, en el espacio de unos 17 años, unos
6.329 casos de triquinosis. El gobierno publica un letrero para la industria de
la carne que dice: “Cocine bien el cerdo y sus derivados”, aunque se sabe que
ni esto es capaz de matar todos los parásitos. Declarar públicamente que la
triquinosis es de lo más común en cerdos alimentados con basura, y un poco
menos en los cerdos en general, no haría la carne de cerdo más atractiva ni aumentaría
la venta de los productos derivados de la misma. Los tejidos de ratas alimentadas
con basura están repletos de triquinas. En un solo espécimen de su tejido se
han descubierto hasta 40.000 gusanillos de triquina. Los cerdos que se comen
estas ratas se contagian con esta enfermedad detestable. Como todas las
maravillosas instrucciones dadas por Moisés, había amplia razón para advertir
contra el consumo de los cerdos, los cuales suelen alimentarse de desperdicios.
Los Cerdos Son Una Fuente Mayor de Auxilios Médicos.-
Demás
de la carne, del cerdo también se derivan una cantidad de productos
farmacéuticos:
·
De la piel del puerco se
hacen vendajes para quemaduras.
·
Las hormonas y extractos
de cerdo son de uso común como preparaciones farmacéuticas. De los páncreas de
60.000 cochinos se deriva una libra de insulina, la cual sirve para tratar a
mil diabéticos por espacio de un año.
·
Una enzima presente en la
sangre del cerdo llamada plasmina, la cual disuelve la fibrina en los coágulos
de sangre, se utiliza para tratar a pacientes que han sufrido ataques del
corazón.
·
Cierto ácido derivado de
la bilis del chancho se usa para disolver el cálculo biliario.
Si, pues, coméis o bebéis o hacéis otra cosa,
hacedlo todo para gloria de Dios”. 1 Cor. 10:31.
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